Vicente publicó en 1962 su poemario En un vasto dominio, Luis incluye en su célebre
Donde habite el olvido (1932-33) el mismo adjetivo. ¿Casualidad?
Donde habite el olvido,
en los vastos jardines sin aurora,
donde yo sólo sea
memoria de una piedra sepultada entre ortigas
sobre la cual el viento escapa a sus insomnios.
(...)
Curiosamente, el olvido nos remite a Bécquer, a menudo abandonado, como se comenta en el CVC (http://cvc.cervantes.es/actcult/cernuda/antologia/olvido.htm) y se recuerda en El oasis de los sentidos (http://eloasisdelossentidos.blogspot.com.es/2011/04/donde-habite-el-olvido-de-becquer.html).
¿De dónde vengo?... El más horrible y áspero
de los senderos busca;
(...)
¿Adónde voy? El más sombrío y triste
de los páramos cruza,
valle de eternas nieves y de eternas
melancólicas brumas;
en donde esté una piedra solitaria
sin inscripción alguna,
donde habite el olvido,
allí estará mi tumba.
(Rima LXVI)
Y Cernuda evoca más adelante a Baudelaire ("Hay perfumes tan frescos como
carnes de niños") en el mismo poema:
(...)
Donde penas y dichas no sean más que nombres,
cielo y tierra nativos en torno de un recuerdo;
donde al fin quede libre sin saberlo yo mismo,
disuelto en niebla, ausencia,
ausencia leve como carne de niño.
(...)
Como los símbolos del propio Baudelaire, que contemplan a los humanos con miradas familiares, nos reconocemos todos en ese vasto dominio, la poesía...
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