domingo, 27 de enero de 2013

Diario de una resurrección 3

Un día, hace ya muchos años, con la insensatez de la juventud, le presenté al maestro Luis Rosales un verso suyo reinterpretado, con la petición de que me firmara un ejemplar de su maravilloso 'Diario de una resurrección', en el que está contenido. Como creo estar casi vacunado contra la mitomanía, aparte de los de autores amigos, solo tengo dos libros dedicados, el suyo y una novela de Javier Marías.
En un alarde de humildad, su respuesta fue magnánima: «A Paco, que ha quedado, que ha necesitado cambiar un verso mío. Gracias, lo mejora.»
Sobre la deuda que mi escritura tiene con este poemario volveré más adelante.
Recientemente, un compañero y amigo, apasionado de la lírica barroca castellana, ha modificado un verso mío como resultado de una interpretación al oído fecundamente creativa. La herida de la que habla el mismo, diferente y nueva, en esta mente cercana, con la obra abierta de Eco o al amparo de la teoría de la recepción, es nueva y diferente; nueva, diferente e idéntica a sí misma.
En otra ocasión hablaré de lo que desencadenó en mí la audición de la frase «Me gusta el abismo que hay detrás de tu cabeza», referida a un dibujo que literalmente lo representaba, en la celebración juvenil de un cumpleaños; pero por ahora, esta herida, va por Francesc, con todo el afecto. El título es todo suyo.

2 comentarios:

  1. No te reprimas puedes hablarnos ahora, porque intuyo que necesidad tienes

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    1. Veo que, por fin, puedo recibir tus comentarios. Me alegro.
      No se trata propiamente de necesidad, sino de ganas de explicarlo. El blog está concebido también como cauce para la expresión, espero que más deducible que excesivamente teórica o concreta, de una 'poética'.
      Y en ese sentido responde a una planificación, no necesariamente cerrada, en la que este asunto tendrá su momento.
      Un abrazo, Delia.

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