martes, 18 de junio de 2019

LUZ DEBIDA A ANTONIO CABRERA



Antonio Cabrera, excelso poeta y mejor persona, nos ha dejado demasiado pronto. 

Cuando sufrió el accidente que ha causado este temprano desenlace, me vinieron a la mente, se me impusieron, unos versos que expresaban desde la perplejidad la separación del curso de nuestras vidas previas, la asimetría que se instalaba violentamente en medio de  la amistad compartida. 

Con el paso de los meses llegué a componer a partir de ellos el poema que publico aquí a modo de homenaje. Lo he mantenido en el anonimato, por pudor y respeto, mientras Antonio conservaba un aliento vital aunque fuera precario.

Desde el primer momento tuve claro que incluiría referencias a unos versos suyos que me han sido siempre especialmente gratos* y a su conocida pasión por la ornitología.

Descansa en paz, compañero. Nos reconoceremos siempre en el vuelo de las aves y en la corteza de todos los árboles.




* Pertenecientes al poema 'Conducción nocturna', ('En la estación perpetua', Editorial Visor, 2000).

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