jueves, 19 de diciembre de 2013


       YERMO

En la lejanía donde se pone el sol,
en el crepúsculo donde arde el tiempo,
en la mismísima entraña de la memoria,
solo la sangre habla de la bondad
que necesita el tiempo para vaciarse
y prolongarse en las venas, como alimento
que nutre al corazón de su verdad.
En la lejanía en la que se pone el sol,
en ese indescifrable crepúsculo,
donde las dulces venas pintan de sangre
la bondad del cielo, allí no hay tiempo,
ni siquiera conciencia, ni silenciosa queja.
Solo hay eternidad y humo de casas,
y un yermo convertido en esencia.

                                                  Ángel Rupérez


                   (Sorprendido por la alegría/Bartleby Editores, 2013)


Sin duda, uno de los poemas del 2013 y, me atrevería a decir, de los últimos años. Algo que me habría gustado poder escribir.